Cuando las pilas son incluidas dentro de la basura cotidiana pueden ocurrir varias cosas. Una es que se debilitan sus cubiertas por efectos de corrosión y desgaste, cuando esto ocurre sus componentes tóxicos se filtran al suelo donde mediante corrientes de agua pueden llegar a contaminar severamente lagos o ríos. Otro escenario es el de la incineración de la basura, cuando las pilas son sometidas a altas temperaturas liberan sus componentes tóxicos al aire.
En Venezuela existen empresas y organizaciones dedicadas a la recolección, correcto almacenamiento, y posterior procesamiento de las pilas para que sean exitosamente recicladas.
Si bien es deseable no comprar pilas en absoluto, a veces es necesario. Entonces para poder colaborar con la preservación ambiental debemos adoptar la costumbre de guardar las pilas que ya finalizaron su vida útil. Es tan sencillo como colocarlas en una botella plástica (que puede también ser reciclada) para que cuando se anuncie alguna jornada de recolección, estas puedan ser llevadas.
Es necesario orientar nuestra cotidianidad hacia una vida de menor impacto ambiental si de verdad deseamos contribuir con nuestro medio ambiente.
Para más información y anuncios de jornadas.
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